Segundo viaje a Marruecos


El escribir es algo que ayuda mucho cuando se viaja solo, el cuaderno de apuntes se convierte en ese amigo paciente que escucha tus reflexiones. En este viaje no sé si tendré algún contacto con ese mundo islámico que tanto me atrae. He escuchado en varias ocasiones en boca de interesantes personas espiritualistas que la esencia de Ibn Arabí y de San Juan de la Cruz es la misma. Quizás si supiésemos entender esto en toda su profundidad nos podríamos entender mejor musulmanes y cristianos. En fin....

Lo que si sé es que de este viaje se deben sacar muchas conclusiones que nos ayuden a tomar decisiones con respecto al proyecto, pues hay mucha ilusión puesta por las personas que están detrás de él y no digamos de las que esperamos se apunten en el futuro.

Ya voy en dirección a Larache, la llegada a Tánger bastante rápida. Tomé un Petit-Taxí que me pidió 30 dirhams, le di 20 y le debí dar 10 pues la estación de autobuses está bastante cerca y además por el camino metió a dos personas más en el taxi, lo que hizo que la sensación de engaño apareciese, pienso que más que engañar, algunos son un poco desahogados como dicen por aquí.

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La estación de autobuses un poco caótica y en 30 segundos montado en el autobús, con esa sensación de que te quieren manejar y eso los que me conocen saben que lo llevo bastante mal y hace que me ponga nervioso. Un poco de tranquilidad en esos momentos quizás me hubiese llevado a elegir mejor el autobús, pues en vez de elegir la empresa YAMAMA sin aire acondicionado, debí hacerlo con la empresa CMT que por el mismo precio 20Dh. Si lleva AA.

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