Una experiencia inolvidable - Día 6

 

DÍA 6 (miércoles 19 de marzo 2014): Descubriendo Larache. (Medina, Zoco, Puerto y Hamman).

 

En el día de hoy hemos visitado en primer lugar la Medina y el Zoco de Larache. Cruzando la puerta de Bab el Khamis, desde la Plaza de la Liberación que se encuentra muy cercana al hotel Assalam, nos adentramos en la Medina, de la que destacan sus paredes azules pintadas hasta media altura, y las zonas de sombra que a veces cubren sus calles, proporcionando un contraste muy agradable.

A continuación pudimos observar el mar, en nuestro paseo en dirección hacia el puerto.

También hemos tenido el placer de visitar el conservatorio de música, cuya arquitectura destaca con sus alegres vidrieras de colores y balcón con unas vistas inmejorables a la plaza y a la bahía.

Llegados al puerto pesquero, que se trata de uno de los más importantes del norte de Marruecos, pudimos apreciar el enérgico movimiento tanto de los baros de pesca como de los trabajadores, entre ellos los que preparaban las redes de pesca. A pesar del fuerte olor a pescado, me resultó una experiencia agradable el conocer de primera mano la forma de vida de estas gentes.

Seguidamente nos dirigimos de vuelta hasta el hotel, caminando por el paseo que discurría junto al mar, el cual se divisaba debajo de los acantilados que lo separaban de nuestros pasos.

Tras la mañana de visitas, tuvimos tiempo libre para comer e ir a comprar recuerdos para llevar a nuestras familias y amigos de España. En el camino de vuelta al hotel, un grupo de cinco jóvenes nos reclamó para grabarnos haciendo un baile de una canción que iban a colgar en las redes, lo cual supuso una anécdota a recordar, puesto que la coordinación brillaba por su ausencia, debido a que bailábamos sin música que nos sirviera de guía.

A media tarde nos cambiamos para ir al Hamman público a darnos un baño según las costumbres locales. Realmente fue una experiencia que me sorprendió y resultó muy agradable, la estancia de todas las compañeras juntas en un recinto ambientado a modo de sauna en el que llenábamos cubos de agua para lavarnos y enjuagarnos, con la presencia de nuestras amigas de Larache, que nos deleitaron con masajes muy relajantes. La ida y vuelta en taxi también fue toda una aventura, debido a la peculiar forma de conducir de los marroquíes en general.