Una experiencia inolvidable - Día 2

 

DÍA 2 (Sábado 15 de marzo 2014): En torno al mar. (Moulay Bousselham y Reserva de Merja Zerga) 

 

En nuestro segundo día de viaje, tras haberme dirigido a una oficina situada junto al hotel para hacer el cambio de euros a dírham, nos hemos reunido con los compañeros marroquíes junto al autobús que nos ha llevado a la localidad costera de Moulay Bousselham. Desde primera hora de la mañana nos han amenizado el viaje con sus canciones al ritmo de la guitarra y sus bailes, de los que no han dudado en hacernos partícipes. 

La primera parada es en un paseo junto a la playa cercano a la localidad de Moulay Bousselham, desde el que pudimos observar el contraste de las dunas de arena con el agua del mar. 

A continuación el autobús nos condujo a Moulay Bousselham, en la que desde un mirador divisamos las vistas de la laguna, en la que se encontraban las barcas en las que daríamos un paseo, y de la Reserva de Merja Zerga, que acoge a numerosas aves procedentes del norte de Europa. 

Ya junto a la laguna, pude observar la actividad de los pescadores que llegaban con las barcas cargadas de pescados y mariscos, que posteriormente venderían en la misma orilla. La enorme cantidad de gaviotas que sobrevolaba la zona, hizo de este momento una experiencia muy gratificante. 

Acto seguido nos repartimos en grupos para ocupar las barcas en las que daríamos un paseo por la laguna. Con la brisa sobre nuestro rostro, pudimos disfrutar del hermoso espectáculo de la naturaleza, con las aves sobrevolando las aguas y las dunas que se divisaban a ambos lados.

Durante el viaje, llamó mi atención la escena protagonizada por cuatro mujeres, que bien lejos de la orilla trabajaban recogiendo algo que no pude divisar. 

El trayecto terminó en una playa, en la que tuvimos un rato para comer y descansar. Destaco la agradable sensación del agua hasta la altura de los tobillos, con las vistas a las dunas, y por supuesto una compañía inmejorable. 

En el camino en autobús de vuelta a Larache, me llamó la atención la imagen de los niños saliendo del colegio, que tan similar es a la que estoy acostumbrada a ver en mi barrio de Sevilla, en cuanto a las ganas de los chavales de llegar a casa tras la jornada de estudio, y que tan sólo se diferencia quizás porque en este caso la calle no está asfaltada sino que es la propia arena del terreno la que constituye el suelo. 

A nuestra llegada al hotel, nos duchamos y salimos a cenar acompañados de nuestro amigo Mohamed, que nos guió a un local en el que pudimos probar un estupendo kebap, y a la vuelta nos mostró el paseo junto al mar, que tanto encanto tenía iluminado por la luna llena.