Impresiones de Ángel Aguilar Gordillo

Sobre el proyecto Sevilla (España) - Timisoara (Rumanía)


Pocas horas quedaban para empezar al viaje. Aquella tarde estaba impaciente por empezar y conocer nuevas experiencias. En el andén me despedí de mi familia sabiendo lo que dejaba atrás, pero sabía que los volvería a ver muy pronto. Me sentía extraño sabía que cada paso que daba hacia el tren me alejaba de mi rutinaria vida con mi familia. Sabía que no iba a estar solo en el viaje, me acompañaban los profesores y los compañeros. El tren, el metro, la llega al aeropuerto todo marcho estupendamente. Apenas pudimos dormir en el aeropuerto, ya en el avión si descansamos


Cuando llegamos allí el día estaba nublando pero no lo estaban nuestros sentimientos, conocimos a los compañeros rumanos y a los profes rumanos, todos eran excelentes. Se portaron muy bien con nosotros, esperamos dar la misma hospitalidad.


Los días pasaron y la amistad cada vez era mayor un constante día a día que provocaría algo desagradable al final, la despedida. Fue un día triste en el cual yo recuerdo todo y desearía volver a hacer el viaje para poder sentirlo otra vez. No cambiaría nada.


Sentimientos difíciles de explicar con palabras, ha sido un viaje para parparlo, disfrutar de cada momento, sin preocupaciones.


Los españoles tenemos una idea distinta de Rumania, pero este viaje me ha cambiado esa idea. Y ahora que he ido a ese maravilloso país puedo decir que la idea es equivocada. Rumania es un país que hay que entender su situación actual que está en pleno desarrollo europeo. Diferente son los rumanos a los rumanos gitanos que andan por España y media Europa haciendo fechorías.


Ahora les toca a ellos venir y experimentar como es España, creo que les impactara bastante, España y Rumania son tan diferentes e iguales, cada una va con su desarrollo pero con problemas iguales.

Llegó el final. Las despedidas son tristes, se llora, se ríe, se sufre. Ves a ese amigo con el que tanto has pasado irse y piensas no lo volveré a ver, se va y quizás no haya otra oportunidad entonces se te saltan las lagrimas. Lloras sin consolación por que se van. Un sentimiento de orgullo recorre tu cuerpo y piensas que es lo mejor que has hecho en la vida. Llegar a la despedida merece la pena por todas las cosas que hemos vividos juntos.


El rencuentro en España fue bastante diferente a la primera vez que nos vimos, ahora ya nos conocíamos y nos hizo más felices volvernos a ver. El rencuentro fue en Madrid en un albergue que nos hizo de casa en esos días. Noté que no todos estaban tan felices como en Rumania, quizás fuese por el cansado viaje o por otras circunstancias. Pero los que si estaban emocionados eran los profesores que se alegraron mucho en vernos de nuevo.


Madrid es una ciudad muy grande, en especial a mi no me gustó mucho por la cantidad de personas que hay. Me agobia mucho una ciudad tan grande como Madrid yo prefiero Sevilla para vivir ya que es una ciudad que para mi gusto lo tiene todo y no está sobrecargada. En Madrid me llamó la atención la cantidad de edificios altos, y el parque del retiro.


En Granada me gustó mucho el Parque de las Ciencias y la Alambra. Nunca había estado en el Parque de las Ciencias y vi muchas cosas interesantes, como la prevención de accidentes, el cuerpo humano, el observatorio… La Alambra también me gustó bastante, es un lugar muy tranquilo donde dar un paseo es toda una delicia.


Sevilla les pareció tranquila y cariñosa. Un lugar acogedor donde pasaron unos días increíbles. Dormimos poco ya que una vez más hicimos que la convivencia fuera máxima. Visitaron los monumentos más bellos de la cuidad.


Inevitablemente todo lo que sube baja. La amarga y esperada despedida llegó, las luces difuminadas, los abrazos se hacían infinitos, el esperar eterno. Un adiós, hasta luego, ya nos veremos,… todas las palabras sonaban igual, despedida.

¿Cuándo nos volveremos a ver? Bonita pregunta para una historia sin fin. Un final inacabado  por que la convivencia sigue y la haremos aun mayor.

No sé si será la suerte pero hay algo que ha hecho que esta experiencia sea única.

No estuve de acuerdo con aquellas personas que se oponían a hacer de esta convivencia la mejor experiencia de su vida. Ya que cuando podemos elegir siempre dudamos, aquí no hay dudas vinimos a conocer personas y lugares maravillosos, que ningún trozo de trapo nos podía arrebatar.

Experiencias de Ángel Aguilar Gordillo ciudadano del mundo con 2 países a sus espaldas y los que quedan. Gracias a todos que habéis sido una pieza clave para este viaje. Nos os olvidaré nunca, en mi memoria quedará lo que viví.